Escuchar a alguien hablar sobre “Trombosis”, es algo que probablemente le ha sucedido a la mayoría de nosotros ya sea por algún familiar, amigo o conocido que la haya padecido. Sin embargo, las dudas invaden nuestro pensamiento cuando se quiere entender cómo realmente sucede esta patología.
La trombosis comprende dos alteraciones denominadas: Trombosis venosa profunda (TVP) y Tromboembolismo pulmonar (TEP).
En cualquiera de sus formas, ya sea TVP o TEP, es un proceso caracterizado por la coagulación de la sangre en el interior de las venas.

La Trombosis venosa profunda corresponde a la formación de un coágulo sanguíneo en una vena que se encuentra en lo profundo de una parte del cuerpo, afectando principalmente la parte inferior de la pierna y el muslo.
La sintomatología de una TVP es muy inespecífica, sin embargo el coágulo puede bloquear el flujo sanguíneo y causar: cambios en el color de la piel (enrojecimiento), dolor de pierna, piel que se siente caliente al tacto ó presenta Inflamación.
Por su parte, el Tromboembolismo Pulmonar es una complicación de la trombosis venosa profunda (TVP) y se produce como consecuencia del desprendimiento de un coágulo, el cual podría llegar hasta los pulmones al ser transportado por la corriente sanguínea, lo que podría resultar potencialmente mortal para el paciente con una
embolia pulmonar.
En el tromboembolismo pulmonar, los síntomas más notorios son dolor de pecho, falta de respiración, cambios en la presión arterial o signos de hemorragia en el aparato respiratorio.

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