Reciclan, venden bolsos, llevan adelante campañas de limpieza de playas, hacen educación ambiental y, una vez al año, montan una  exposición dedicada al reciclaje. No tener claro si se está hablando de una empresa o una ONG es fácil con L.O.O.P. (‘Life out of plastic’), la iniciativa que Irene Hofmeijer lleva adelante con Nadia Balducci desde hace ya más de un año. “Somos una empresa  social.

Tenemos un fin lucrativo, pero nuestra misión es llevar el mensaje del impacto ambiental del plástico”, resuelve Hofmeijer. Para el dúo, su proyecto trabaja como un círculo cerrado o ciclo (un loop) en el que hacer productos a partir de material reciclado no es
lo único que cuenta, sino también incentivar a que la cadena sea lógica desde el inicio, incentivando a que se consuma menos plástico por persona.

“Introducimos el plástico en la década del cincuenta y ahora es un material que sirve para cualquier tipo de necesidad inmediata. El problema es que su vida útil por lo general no supera el día, y para desintegrarse tarda cientos, miles de años, que es lo mismo que decir una eternidad. La idea es darle nueva vida al plástico y que siga siendo útil: mostrar la problemática, pero también proponer soluciones”, sentencia Hofmeijer.

Dos científicas para una empresa 
Para Irene Hofmeijer, la creación de L.O.O.P. es el producto de haberse tomado en serio el ahora o  nunca y abocarse, a sus 22 años, a darle forma de trabajo al discurso de la reutilización de plástico.

Egresada de Ciencias del Medio  ambiente de la Universidad McGill, en Canadá, cuando llegó la hora de hacer prácticas y trabajos de investigación, viajó a Yurimaguas para establecer cómo se relacionaba la salud de una amiga de su universidad, y así nació su propuesta.

Este año se unió al proyecto Nadia Balducci, bióloga, a la que conoció en su primera exposición sobre el reciclaje. Ella también había tenido una experiencia similar en sus trabajos para especializarse en Biología Marina, cuando le tocó navegar con pescadores de las playas del norte. “Para  los pescadores, el peso y el espacio en el barco son importantes. Así que cuando se terminaba de comer, soltaban sus tápers con una banderita como barquitos en el agua y se divertían. No somos los pobladores con el cambio climático y encontró la motivación para armar su empresa.

“Cuando estás en un lugar a donde no llegan los servicios públicos pero sí una gaseosa o una lata de atún, hay problemas. Los residuos terminan detrás de las casas o en el agua. Teníamos que mover las botellas para que avance el peque peque, ahí me di cuenta de que había un tema para resolver”, cuenta Hofmeijer.

Luego de entregar sus resultados, regresó a Perú decidida a montar el proyecto de empresa que había armado a medias con ayuda de quiénes para criticar por qué echan los envases al mar. No es cuestión de maldad, es cuestión de explicar”, cuenta Balducci.

Juntas buscan hacer de su empresa un motor de investigación y de cambio de costumbres en  la sociedad respecto al desecho de materiales al ambiente. Entre un proyecto y otro, hasta el momento han recogido casi catorce toneladas de desechos de las playas limeñas, reciclado más de 64 mil botellas para sus productos y han explicado el impacto del plástico en el ambiente a más de mil personas con actividades de limpieza, reciclatones, talleres de activación para empresas y jornadas de juegos para niños, entre otros. Nada despreciable.

Tela de Botella Como por algo hay que empezar, la actividad con la que se inició L.O.O.P., y por la que es más conocida hoy por hoy, es la confección de bolsos hechos a partir de botellas de plástico recicladas. Encontrar empresas textiles que transformaran las botellas en hilo R-PET tomó tiempo a Hofmeijer, que acababa de regresar de Canadá y tenía pocos contactos en Lima. Tras meses tocando puertas y mostrando sus prototipos de bolsos, logró acordar con una fábrica de Faucett que se interesó en su proyecto.Ahora que han dominado la producción de sus bolsos de mercado, las chicas han iniciado la confección de casacas polares, merchandising para empresas, e incluso se han asociado con la diseñadora Susan Wagner para  que haga bolsos a partir de su tela reciclada.

Hilo de Botella: Resistente y reciclado, el hilo hecho a partir de botellas puede ser utilizado para todo tipo de ropa. El mejor ejemplo lo dio Sudáfrica 2010: Todas las camisetas usadas en el mundial fueron hechas con este material.

Ciencia Empresarial

El próximo objetivo del dúo es crear estadísticas útiles sobre la presencia de plástico en nuestro litoral. “No tenemos data de las costas peruanas. Queremos generar información científica, y lo vamos a hacer con ciencia participativa.  Cualquier ciudadano puede participar de la ciencia si se guía de un sistema adecuado”, anuncia Balducci.

Piensan aplicar este sistema para comprobar la existencia de microplásticos en las costas peruanas, cosa que ya se comprobó para las orillas de Chile y otros puntos de la costa sur de América. Su importancia es doble: descubrir qué tan contaminado está nuestro mar y, con ello, intuir si estamos consumiendo microplásticos a través de la cadena trófica. Pez come plástico, humano come pez. La ecuación es simple. A esperar los resultados.

Fuente: Somos

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